GRUPO DE SENDERISMO JUAN PABLO II. PARROQUIA SANTA MARIA MAGDALENA
PUERTO SERRANO
RUTA: NACIMIENTO DEL RIO VERDE EN LA SIERRA DE LAS NIEVES ( RONDA)
Decía el Papa montañero, Juan Pablo II en una eucaristía celebrada en el valle de Aosta, al pie de los Alpes, donde solía acudir para descansar:” Es sumamente necesaria la admiración ante la creación, admiración de la obra de Dios. Mediante ella, admiramos a Dios mismo; mediante la admiración de lo visible, admiramos lo invisible. Ante un espectáculo tan extraordinario de la naturaleza, elevamos espontáneamente nuestro corazón al cielo”. Esta afirmación de nuestro recordado “Papa bueno” la hemos experimentado un grupo de personas que hace unos años decidimos formar un grupo de senderismo al que le dimos el nombre de Juan Pablo II. En estos años hemos hecho muchas rutas, recuerdo algunas de ellas: La sierra del Pinar, El salto del Cabrero, El Pinsapar, Benaocaz-Villaluenga ( sierra de Grazalema); El Picacho, La Ermita la Gloria ( Puerto Serrano). Parauta, Alpandeire, Cueva del Gato, Benaojan, Jimera de Libar, Atajate, Cartajima,Farajan, Igualeja, Juzcar, Pujerra (Serrania de Ronda)…….Y recientemente la ruta Nacimiento del Rio Verde en la Sierra de las Nieves.
El grupo había programado una ruta para el sábado 6 de Noviembre aprovechando que el autor de esta crónica y miembro del grupo desde el inicio, podía trasladarse desde Madrid ese fin de semana. Era una ruta que ya la habíamos intentado hacer otra vez pero que, por la mala señalización del camino, unos fuimos por un lado y otros por otro llegando sólo dos personas al nacimiento del rio verde.
Como siempre hubo que esperar por algunas personas que le cuesta levantarse de la cama, alguna hubo que llamarla por teléfono y despertarla, tarde pero con mucha ilusión salimos un pequeño grupo formado por personas de varias edades: niños, jóvenes y no tan jóvenes pero todos con el espíritu muy joven. Tras más de una hora de viaje en dos coches llegamos al lugar del comienzo de la ruta. El camino estaba mal señalizado, pues era un camino de cabras, en algunos sitios había que intuir por dónde ir. La ruta no era fácil, tenía algunos tramos con bastante desnivel y había que agarrarse de las piedras para no caernos. La ida era cuesta abajo y por eso, aunque había que tener mucho cuidado, no supuso mucho esfuerzo y tras dos horas de caminata llegamos por fin al final de la ruta.
Cuando llegamos creíamos que el rio se había secado pues veíamos un cauce pero no tenía agua. Pero en la medida que avanzamos pronto escuchamos el ruido del agua. En unos minutos estábamos ante un espectáculo maravilloso. De repente, entre unas piedras y unos árboles brotaba a fuertes borbotones un agua cristalina. Nos quedamos todos extasiados contemplando esa maravilla de la naturaleza. Algunos tuvimos el valor de meter los pies en aquella agua que salía completamente helada. Tras un merecido descanso y un buen bocata reparador decidimos emprender la vuelta pues temíamos que nos pillara la noche ya que el regreso era cuesta arriba. La dureza del camino nos obligaba a hacer paradas continuas ya que a algunos les costaba más que a otros subir agarrándose de las piedras. Pero las paradas, además de descansar, servían para contemplar el majestuoso e impresionante paisaje de la sierra de las Nieves. En esos momentos de contemplación me venían a mi memoria unas palabras de Juan Pablo II:” Este universo en constante movimiento postula la existencia de una Causa que, dándole el ser, le ha comunicado ese movimiento y sigue alimentándolo. El hombre ante la creación comprende que una obra de tal calidad y de tales proporciones requiere un Creador, cuya sabiduría transcienda toda medida, cuya potencia sea infinita”.
Llegamos cansados y casi ya de noche pero, como siempre con una alegría inmensa de haber disfrutado de una jornada extraordinaria. Sólo dos cosas nos faltaron para que el día hubiera sido perfecto: la ausencia de algunos habituales a las rutas de senderismo por razones de trabajo y el no poder celebrar la eucaristía como hacemos siempre pues se nos hubiera hecho de de noche en mitad de la sierra.
Todavía me quedan unos meses en Madrid antes de partir para misiones y espero poder participar en alguna ruta los próximos meses. Pero animo al grupo y a otras personas que lean esta crónica que se animen a mantener este grupo de senderismo y sobre todo que animemos a los niños (en está tuvimos tres valientes) y jóvenes. Decía Juan Pablo II en la Carta a los jóvenes que escribió con motivo del Año Internacional de la Juventud en 1985:” Deseo a vosotros jóvenes que, vuestro crecimiento “en edad y sabiduría” tenga lugar mediante el contacto con la naturaleza. ¡Buscad tiempo para ello! ¡No lo escatiméis!. Aceptad también la fatiga y el esfuerzo que este contacto supone a veces, especialmente cuando buscamos alcanzar objetivos particularmente importantes. Esto es un sano descanso que es necesario, igual que el estudio y el trabajo”.
JOSE LUIS CALVO VICENTE
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