
Benedicto XVI: ¡Caminad en compañía del beato Juan Pablo II!
Intervención durante el rezo del Regina Coeli
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 1 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación las palabras de saludo que el Papa Benedicto XVI dirigió en los distintos idiomas a los peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro para la ceremonia de beatificación de Juan Pablo II.
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, y en especial a los cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos, seminaristas y numerosos fieles, así como a las delegaciones oficiales y autoridades civiles de España y Latinoamérica. El nuevo Beato recorrió incansable vuestras tierras, caracterizadas por la confianza en Dios, el amor a María y el afecto al Sucesor de Pedro, sintiendo en cada uno de sus viajes el calor de vuestra estima sincera y entrañable. Os invito a seguir el ejemplo de fidelidad y amor a Cristo y a la Iglesia, que nos dejó como preciosa herencia. Que desde el cielo os acompañe siempre su intercesión, para que la fe de vuestros pueblos se mantenga en la solidez de sus raíces y la paz y la concordia favorezcan el progreso necesario de vuestras gentes. Que Dios os bendiga.
Intervención durante el rezo del Regina Coeli
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 1 de mayo de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación las palabras de saludo que el Papa Benedicto XVI dirigió en los distintos idiomas a los peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro para la ceremonia de beatificación de Juan Pablo II.
Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, y en especial a los cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos, seminaristas y numerosos fieles, así como a las delegaciones oficiales y autoridades civiles de España y Latinoamérica. El nuevo Beato recorrió incansable vuestras tierras, caracterizadas por la confianza en Dios, el amor a María y el afecto al Sucesor de Pedro, sintiendo en cada uno de sus viajes el calor de vuestra estima sincera y entrañable. Os invito a seguir el ejemplo de fidelidad y amor a Cristo y a la Iglesia, que nos dejó como preciosa herencia. Que desde el cielo os acompañe siempre su intercesión, para que la fe de vuestros pueblos se mantenga en la solidez de sus raíces y la paz y la concordia favorezcan el progreso necesario de vuestras gentes. Que Dios os bendiga.